Como se decía, el Bulldog actual es fruto de una cuidadosa selección que hace a esta raza poseedora de anomalías permanentes. En efecto, hoy presenta un tercio anterior ancho y potente y una pelvis estrecha y fina de modo que visto desde arriba tiene la forma de una pera en la cual el cabo, bien podría ser la cola. Pero no es todo, ninguna otra raza tiene un tamaño de cabeza -en proporción al cuerpo- tan grande como para hacer difícil el parto que, habitualmente, se lleva a cabo con cesárea. Volviendo a la cabeza, ésta debe tener cráneo más ancho que largo, mejillas muy redondeadas, caña nasal casi inexistente, hundida en un stop muy marcado. Los pliegues deben estar dispuestos de manera muy apretada y el hocico, cortísimo, debe ser lo más ancho posible con un mentón muy evidente y marcado. Las extremidades anteriores, anchas y potentes sostienen a un tórax con perímetro bien redondeado. La línea superior, partiendo de una hendidura situada detrás de los hombros, sube hasta la grupa, formando un perfil definido como de "dorso en carpa". Por último, la grupa es alta y bastante rígida haciéndo además que el Bulldog camine de una manera típica denominada "en puntas".